¡Dios, cómo vuela el tiempo!
San Google me recuerda hoy que tengo este blog del que me había olvidado totalmente. Han pasado ya 5 años desde que escribí la cuarta y última entrada de su breve vida.
Mi intención fue hacer un blog lo más anónimo posible, en el sentido de que de mis palabras se dedujera el mínimo de información personal. Y como consecuencia de esto contaba que no habría o serían muy escasos los comentarios a los post.
Sin embargo, la vanidad estaba ahí. Esperaba ansioso los primeros comentarios. Y llegaron y con ellos la desilusión total. Tres comentarios y los tres eran spam; eso si, en inglés que mi blog había traspasdo fronteras.
Y me desinflé. Poco gas tenía el globlo.
Bueno, empezaremos una segunda etapa. Retomaré la terapia psicológica, y además intentaré seguir las recomendaciones que señala Enrique Dans en este artículo.
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